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Poesía nórdica


El aleteo del águila fúnebre es el ópalo de muerte visto desde sus ojos. Cóncavas reflectarias desde las montañas de Sigurd. Borro el nombre de la nieve y el de los árboles. Las montañas caen y las estrellas permutan. Oigo un nombre. ¿Cómo va a ser el mío si nunca he tenido? Veo una playa de piedras grises, un nombre aletea el agua. ¿Puede ser que esté en el Valhalla? Pregono voz y cae.

Lego mi nombre al vacío, eco de las montañas sagradas.

Soy el soneto que gorgorea la lluvia.

El mar es libre

de la manera en que Njord comprende el oleaje.



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