¿Qué me darías a cambio,
si cada vez que cierras una puerta
yo te ofrezco 100 ventanas?
No preguntes, vida.
Yo no soy el poseedor de las Ilaves.
Sí, todo lo que ocurre
tiene una razón de ser,
que el ser sea mío.
Cédeme, al menos,
una antorcha que me guíe
por el camino,
pues no hay más ciego
que aquel que no quiere sentir;
pues no hay más Ioco
que aquel que no quiera vivir.
¿Y qué es lo más importante en el mundo?
Busca la grandeza en lo mínimo y allí me hallarás.
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